domingo, 3 de enero de 2016

Mamá que amamanta

Buena semana.
La verdad, y lo confieso, me hace mucha ilusión empezar a hacer que mi blog coja forma, también estoy segura que al principio (y puede que también al final), no llegue a mucha gente, o que quizá me quede yo sola escribiendo y releyendo mis propios posts.




En realidad, lo que más me apetece es poder escaparme de vez en cuando y explicar, o dejar constancia en "papel", aquellas cosas que me preocupan en cuanto a la crianza de mi hijo. Poder dejar sobre escrito y de forma ordenada, aquellas cosas que encuentro y leo de aquí y de allí...
La verdad es que a veces la sobre información abruma, y uno no sabe muy bien hacia donde tirar, y al menos lo que yo acabo haciendo, es un poco lo que me parece más correcto, o en definitiva: lo que me da la gana...
Todo ayuda, para informar o desinformar, pero de todo también se aprende.

Como os decía, con este blog no pretendo dar lecciones, porque ni mucho menos soy experta en nada, todo lo contrario.

Soy primeriza, novata, inexperta e imperfecta. Pero estoy segura que como muchas de vosotras (por no decir todas), acabaré siendo una experta en mamilogía avanzada.

Uno de los temas que más me preocuparon en mis principios, o que peor llevé fue la lactancia; en más de una y de dos ocasiones estuve a punto a punto de tirar la toalla, pero mi yo interno no quería privar a mi hijo de esa oportunidad.
No soy para nada una obsesa de la pro lactancia y encuentro tanto una opción como otra igual de válidas. Pero llámame cabezota...
El caso es que utilicé todos los métodos posibles:

TETINAS DE SILICONA, y el pecho me dolía igual.
SACALECHES ELÉCTRICO, fue una buena opción cuando no podía dejar de llorar, y temía la hora de la siguiente toma.
Eso sí, lo recomiendo 100%, pero al principio hay que armarse de paciencia, y sufría cada vez que se desperdiciaba una gotita.

Ahora va genial, para poder mezclar la leche con las primeras papillas.
CREMA ANTIGRIETAS. Personalmente recomiendo PURELAN, ya que la puedes utilizar antes o después de las tomas y no es necesario lavarse el pecho para amamantar.


Pero un día de repente... dejó de doler, así... porque sí.

En ese momento entendí aquello que leía en todas partes... aquello de que la sensación de amamantar a tu hijo es placentera y muy gratificante.
Hasta después de los 2-3 meses... creía que era otro falso mito... me decía una y otra vez...: no, esto no es bonito. Pero ahora me alegro de haber podido sobrellevar esos dolores del principio.

Os animo a todas a aferraros a una ilusión ( tanto la de amamantar como la de alimentar a tu bebé con leche de fórmula) y llevarla con convicción hasta el final.
Eso sí... también está permitido cambiar de idea en cualquier momento ( jeje).