jueves, 16 de marzo de 2017

La hora de las mamis eternas.

Confirmado.
Las 11de la noche es el momento en que mi cabeza está despejada de M y empieza a inundarse del resto de cosas en las que no he tenido tiempo de pensar durante el día.
Lo genial sería tumbarse en el sofá con un colacao y relajarse. Ya fuera viendo cualquier pamplina que la tele vomite o leyendo un libro o cerrando los ojos y escuchar a tu pareja o aprovechando el tiempo de cualquiero otra forma.


Pero NO.
La mente sigue en funcionamiento y chin chun chun chun, que si tengo que revisar las cuentas del banco (tenemos que ahorrar), que si voy a aprovechar para rellenar esos papeles que llevan un siglo encima de la mesa... que si... a que escuela de inglés apuntamos a M (en otro Post os comentaré mi experiencia con Kids&Us), que si... como envuelvo la mega taza que M le ha hecho a su papa para el día del padre.
Que si... mmm, donde puedo comprar la caja con cerraduras para M?
Y estos son los pensamientos más banales que las mamis podemos tener, como siempre a partir de las 11 de la noche.

La hora de las eternas mamis.

Y con esta banal reflexión, me marcho a la cama a seguir reflexionando.